Sigo teniendo el toque.
Por más que piense que es psicológico
con o sin P..
Lo traigo.
Lo obtuve, y me costó trabajo.
No fue fácil, pero tampoco sufrí mucho.
Fue natural.
Me informé, leí, porque:
estar aquí fue un camino largo.
Primero en textura,
luego en palpar,
luego en sentir,
luego en entender,
y finalmente en comprender..
Seguía el cerebro.
Destacar.
Querer llegar al lugar indicado.
Y ahora, con todos mis defectos,
sigo siendo dueño del descontrol.
Ese factor que hace destacar.
Todos tenemos un lapsus,
que te hace dudar si lo traes o no,
a lo mejor se perdió entre vírgenes y colmillos.
Aún así, nunca ha sido lo mio
compartir algo que puedo hacer yo solo.
No perdí nada entonces, sexto sentido ganador.
Pero sin duda alguna, revivió el Colibrí.
La madurez hace ver,
que los resultados cambian,
que no siempre lo urgente es lo importante
como dice Fitipaldi,
lo conveniente es trascender
y aunque me odien,
sigo aquí.
Tengo el arte, las letras,
mis pasos y una misión
de conseguir madera
e irme a naufragar.
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