sábado, 14 de agosto de 2010

Al cielo damos las gracias.. por las cosas lindas de la vida..

Nuevamente sintiendo si me concentro el rodar de las ruedas

de un autobús de 2 pisos que me lleva a Kanchanaburi..

en mis piernas mi mochila de paracaídas Gap que me trajo Rosi de Dallas

cuando aun estaba en la prepa.. a mi derecha esta Ibi.. que instantáneamente

pero algo resignado intenta acomodarse para dormir..

pregunta y observa todo lo que nos dan..

tiene la guía en sus manos y empieza a leer.. en mis manos tengo Harry Potter 4..

intrigado en la 2nda prueba .. todo para masticar una hierba y poder nadar bajo el agua..

mi mente se emociona.. pensar que pronto estaré en alguna cascada haciendo lo mismo..

tanto movimiento me hace despegarme un poco de todo lo que dejo atrás..

que aun no logro entender que es esto que estoy dejando.. intento.. porque aun no lo logro..

dejar mi mente en blanco algunos instantes y poderme dedicar a disfrutar del viaje..

el viaje a Bangkok.. para 2 horas después tomar un autobús a Kanchanaburi ..

sede del Rio Kwai con su puente famoso y

unas cascadas de Erawan que me hacen recordar Chiapas.

Cualquiera de las 3 versiones de ese viaje que he hecho..

coger en la selva decía en Calcuta hace un año… en Chiapas se coge en la selva.

Susana de vez en cuando venía hacia nosotros para hacernos alguna observación..

o petición en forma de observación..

diciendo por ejemplo que el vidrio estaba demasiado pegado a su asiento de primera fila..

Pásate atrás.. NO PORQUE ME MAREO.. entonces? Quédate ahí.

Al parecer no entendí.

Apagan las luces.. como es de noche.. al poco tiempo que inicia el movimiento..

bye Harry.. a intentar dormir.. siempre tengo mi ipod por si acaso..

pero mi mente flota preguntándose en el por qué de este viaje? Se siente diferente a la India..

será porque moríamos de ganas de salir de Calcuta?

Dormí bastante bien. El autobús era lo mejor ..

me refiero claro a las decoraciones.. con corazones en la ventana..

y una cortina fuscia que combina con el descansa cuellos del mismo color que Ibi

llevaba como un duque del siglo XVI.

Me estoy muriendo de risa de la escena.. una risa combinada con sorpresa

del lugar donde estoy, que seguirá hacia el lugar donde voy,

porque esto es un viaje que salió de la nada, como la risa misma.

Antes de dormir intenté ver la película que no se oía muy bien

pero hubiera preferido que no se viera bien y que se oyera increíble: Percy Jackson se llamaba.

FATAL, y con un gran elenco.

Mira , ves al centauro? Es James Bond.

NO JODAS.

Dormí bien, no me entero de lo que ocurre hasta llegar a Bangkok,

donde nos bajamos en la primer estación preguntando

si es aquí donde se toma el camión a Kanchanaburi

( a poco no tiene nombre de parque de diversiones? Kanchanaburi! )..

me dice un taxista que tenía mas ganas de llevarme en su taxi que dar información..

y cruzamos toda la estación de camiones .. por rejas y charcos .. puestos de calle..

francamente, para ser una estación en Bangkok esperaba más eh,

le digo a Ibi solo para que Javi me conteste ..

YO HE ESTADO AQUÍ Y POR DENTRO ES BASTANTE BONITA..

Ah ok pienso yo mientras mis ojos chinos se vuelven más redondos.

Entramos.. pregunto.. 2 horas y media para que salga el próximo camión.

Susana no lo puede creer, intenta buscar otro camión más pronto..

no existe tal. 2 horas y media serán.

Habrá wifi ?le pregunto a Ibi mientras Javi nuevamente contesta por el.

YO ESTUVE AQUÍ Y NO HABIA.

Saco mi teléfono.. estoy checando mi correo en 2 minutos.

CUANDO ESTUVE AQUÍ NO LO LOGRÉ.

Y la estación no es bonita.

Estuve sentado, dando vueltas.. el baño costaba 2 bahts..

salió la imagen del rey en la tele arriba de mi.. todo mundo se puso de pie..

when in Rome.. tocaron el himno .. un video épico de Tailandia se veía en las teles..

terminó.. todo mundo regresó a lo suyo.. fui al 711..

me compré unas colas del pato donald.. y una leche de chocolate..

ya que la coca que me había comprado en la estación de camiones de Chiang Rai..

se había terminado.. la perdí por ahí.

Me encanta tomar leche con chocolate.. tiene que estar fría..

se abre un portal cuando resbala por mi garganta.. pareciera que tengo 6 años..

y descubro el sabor pensando que podría tomarlo el resto de mi vida.. van 19 después..

y sigo creyendo en lo mismo.

Llegó el camión.. comparto asiento con Javi.. saco mi diario..

y las 2 horas y media se van escribiendo y oyendo a Fito ( el argentino, de Rosario )..

sonrio de vez en cuando viendo por la ventana fotos interminables del rey..

de repente me marea el olor a gasolina o smog estilo Df que hay por el ambiente..

no es un camión muy turístico y en Tailandia tienen

la mania de dejar a la gente en plena calle,

jurarías que no existe ninguna parada oficial de camión.

Te dejan al aldo de un puesto de arroz, de un poste de luz, donde le pidas al camionero.

Hay veces que avanza 10 metros y deja a otra persona..

tengo que tener cuidado porque mientras escribo se me va la mano con cada frenón.. paciencia.

La estación de Kantanaburi ( como le decimos )

es como una gasolinera pero en vez de tanques hay camiones.

Nos bajamos bastante rápido para ser invadidos por taxistas que ofrecen hoteles,

buscaban la oficina de turismo que es un puesto

donde un policía te da una fotocopia de un mapa, te circula el puente,

y te hace firmar en una bitácora que su trabajo fue ejemplar.

Regresé con el mapa mientras decidía el grupo a que hotel iríamos.

Ibi y yo éramos de la idea de subirnos y buscar en el sitio,

no desde la estación. Susana después de unos minutos

entendió que era una buena idea y ahí estábamos,

en una pickup como la de Chiang Mai yendo a la zona de hoteles.

Primero nos llevaron a uno con alberca y aire acondicionado,

que valía lo mismo que una habitación en el Apple House de ventilador y sin alberca.

Pero que las habitaciones estaban impecables.. no se porque terminamos en el 2ndo.

No entendía pero nadie me contestaba,

todo sea por el bien común pensaba mientras veía la computadora en

la que finalmente podría sentarme a escribir dentro de unas horas.

Hoy la estrategia era ver todo lo posible para mañana poder ir a las cascadas.

Que había que ver? Pues resulta que estábamos en la sede del puente sobre el rio Kwai.

Más de 100 mil personas murieron construyéndolo.

Existe todo un mundo alrededor de esto, con tours en tren que pasan por el puente,

cementerios de la gente que dio sus vidas por construir algo que ayudaría al enemigo, museos que te cuentan que pasó, eran las 2 y teníamos mucho que ver.

Pero antes que nada, teníamos que comer. La elección fue un pollo asado en un puesto de fanáticos del Liverpool. Cosa que no me vuelve muy loco desde esa noche triste en Istanbul.

Ahí estuvimos felices comiendo otra cosa aparte de arroz por primera vez en mucho tiempo,

saboreando como caníbales la carne que teníamos en las manos.

En la guía decía que habían 3 museos y solo uno de ellos valía la pena.

Entramos en un debate por adivinar el correcto, ya que no teníamos la guía.

Javi decía que el museo era el Jeath Museum y yo decía que no,

que ese era el de las chozas falsas que habíamos leído Ibi y yo en la guía.

Mientras discutíamos eso llegamos a un cementerio aliado.

Entramos, mientras me acordaba esa mañana soleada en Normandía

al lado de Furby muriéndose de una cruda tremenda vomitando

en un bote de basura frente a un McDonald’s.

La guerra es una estupidez enorme, es algo que la mayoría de la gente piensa,

salvo la gente importante que al final es la que decide.

Es bien duro ver las fechas de nacimiento y defunción

de gente más chica que yo que no llegó a la recta final.

Venirte a morir a Tailandia, un joven de 20 años de Holanda,

miles de kilómetros de distancia, peleando por un ideal,

ya que tus tierras están en otro continente, con toda tu gente,

mientras tu, 5 horas adelantado en el horario mueres

pensando que tus padres siguen dormidos para cuando dejes de respirar.

Los cementerios brindan paz y me da gusto que lo hagan.

Suelen ser muy verdes, y los árboles tan altos permanecen

como soldados respetuosos a tanta muerte.

Tanta, tanta muerte.

Imposible afuera conseguir un taxi, lo intentamos de mil maneras..

hace calor en Tailandia, y caminar después de sudar tanto en Doi Sa Ngo no era opción.

O era? Si.. Javi tuvo la idea, Susana lo apoyó..

y como Ibi y yo habíamos ganado en ir al sitio de los hoteles a buscar hoteles,

emprendimos la marcha al museo incorrecto para mi, correcto para Javier.

El sol nos mató muy pronto, entré corriendo a un 711 a comprarme

un té verde que casi me vomito al probarlo. No solamente nos estaba matando el calor,

Javier el boy scout no tenía muy claro como llegar al museo.

Entonces nos parábamos a cada rato a preguntar,

mientras Ibi se me quedaba viendo diciéndome que

estábamos perdiendo tiempo a lo bestia.

Yo solo le contestaba haciéndole una mueca de tremendo asco

por el té que tomaba, y porque tenía razón.

Todo para llegar al museo incorrecto.

Este es el de las chozas falsas!! Lo sabía!

PUES HUBIERAS DICHO ALGO, contestó Susana. Lo dije.

Terminamos entrando pagando 30 bahts mientras veíamos

antiguos recortes de periódicos y herramientas usadas

para construir el dichoso puente. En 7 minutos estábamos fuera.

A Ibi y a mi se nos aproximó un lanchero,

que si queríamos dar la vuelta al río en lancha.

Iríamos a una cueva, y luego al puente. Ibi le regateó el precio,

llegaron 2 lancheros más. Entre todos comentaron el precio, llegó Susana.

Le dijimos la idea, dijo que no. Ibi bajó el precio, Susana dijo que si.

Dijimos que si. Esperamos unos 10 minutos yendo a un wat justo al lado,

y luego enfrente, compré un agua, me moría de sed.

El wat estaba todo lleno de madera, donde Ibi,

dijo que sería increíble tener uno así en Doi Sa Ngo, suspiré.

Ya estábamos en la lancha, avanzando muy lento,

viendo los karaokes flotantes, saludando a la gente,

hasta que agarramos velocidad y estábamos volando en el rio,

viendo paisajes increíbles, verdes con el cielo gris haciendo una combinación

que enfriaba a la vista, cosa que se agradece con tanto calor.

Llegamos a unas escaleras donde el lanchero nos indicó que subiéramos

por unas escaleras que se movían el templo del buda en la cueva.

Subimos obedientes, para caminar 3 kilómetros al dichoso templo.

Nos dijeron que eran 3 kilómetros pero creo que ni fueron 400 metros.

Llegamos para pagar la cuota que pedían los monjes tibetanos

que aún me hacen temblar, y entramos.


Iniciando un descenso por unas escaleras algo resbalosas hacia el Buda,

acordándome de las cuevas en Chiapas donde los niños gritan las figuras

que hay en las estalactitas. Estuvimos caminando por la cueva,

cada vez adentrándonos más diciendo el que iba adelante ‘’ cuidado con la cabeza ‘’,

el resto bajando la cabeza mucho antes del tiempo preciso.

Salimos de la cueva riéndonos de las niñas que dieron un tour a unos tailandeses

que se gastaban su dinero recién ganado en unas cocas.

Regresamos a la lancha y nos dirigimos al puente.

Subías por unas escaleras del lado izquierdo solamente,

pasando el baño ( en este cobraban 5 bahts ),

el lanchero nos dejó y se fue.

Podías estar en el puente siempre y cuando no pasara el tren,

que pasaba bastante rápido y tenías que brincar a los lados

a unas plataformas para no ser atropellado, o bueno,

también podías brincar al rio pero eso era un poco más arriesgado.


Ibi no pudo por más que intentó tomar una foto panorámica con el teléfono de Susana,

y cuando agotamos toda oportunidad fotográfica, caminamos por el pueblo.

Dando vueltas, viendo lo del famoso camión a Bangkok de regreso,

collares que nunca compraron, donde comprar postales,

donde echar postales, hasta que después de lo que parecían horas caminando llegamos al hotel.

Yo moría de ganas de conectarme, pero por más que le calculé,

terminamos todos conectados en un bar de un europeo que

tenía unos divanes donde podías acostarte. Una chang,

checando mi mail viendo un juego diferido del Milan vs el Arsenal

que Ibi criticaba porque ya había pasado. Yo estaba bastante tranquilo,

pero se activó el hambre. Y una vez activada el hambre.. todo es más sensible.

Pero ahora entraba el eterno cuestionamiento.. DONDE COMER?

Yo para eso no soy tan complicado, aunque admito que la gente

con paladar se toma el tiempo en decidir ya que esta decisión

puede hacer o deshacer tu comida. Los respeto.

Pero estás viajando, estás cansado, mientras no sea arroz.. no hay problema.

Siendo honesto, a mi se me antojaba algo poco asiático,

y ver el partido del futbol que estaban pasando en la tele: Spurs vs Mancity.

Finalmente acordamos entrar a una pizzería atendido por un suizo permanent vacation

que podría ser amigo de Olivier.

Pelo largo rizado, con los lentes en la cabeza ( era de noche ),

descalzo y sonriente. Nos dio la carta, y mientras estaba concentrado

con la pizza que iba a pedir ya decidida, empezaron:

Y si pedimos y compartimos? O cada quien va a pedir una?

Es que si cada quien pide una, entonces, como le haríamos?

Compartiríamos si queremos? Cuantos pedazos son por pizza?

Guille, puedes preguntar? COMPARTAMOS, VA?

El suizo tenía un gran lugar, y una gran idea de vida, yo creo.

Su restaurante era su casa, constaba de 3 pisos,

el piso de hasta abajo tenía la cocina y los baños,

el 2ndo o el primero ( en el que estábamos ) era el restaurante,

y el tercer piso era su casa.

Admito que era un poco confuso este sistema como lo descubrió Susana

cuando usó el baño del tercer piso en vez del de clientes.

La esposa era tailandesa y se tomaba unas cervezas con sus amigas

mientras que jugando por ahí estaban unos gemelos,

cada uno con una camiseta de un equipo de futbol diferente,

que despertaba dudas de la nacionalidad del padre,

que Javi incorrectamente dijo Holandés.

Por el acento.

Ajá.

Las pizzas estuvieron buenísimas y las Changs también.

Empiezas y no paras. Más porque nunca se calientan ( idéntico que en la India ),

porque les ponen una envoltura que las mantiene frías y deliciosas.

Tanto así que después de haber interrogado

al pobre suizo de si lloverá en Kravi ( que clase de pregunta es esa? ),

salimos a la calle y decidimos darnos un fish massage.


Javi se fue a dormir, y yo entre risa y risa junto con Ibi y Susana

terminamos yendo a la primer pecera que encontramos.

Después de deliberar que masaje queríamos

( esta actividad la inició y terminó Susana ) mientras yo me terminaba mi cuarta Chang..

nos quitamos los zapatos, lavamos los pies y ahí nos encontrábamos..

con los pies limpios, sentados uno al lado del otro, listos para esta experiencia.

Que es.. por ponerlo de alguna manera.. un ataque de ansiedad gore.

Que 200 peces se vayan hacia tus pies y te empiecen a morder NO es divertido.

Pareciera que te hacen cosquillas, pero en vez de sentir uñas sientes chupetones,

por todos lados. La primera inmersión es la peor, durando menos de 3 segundos,

pero la 2nda, la tercera y la cuarta no mejoran.

Necesitas ser ZEN o vasco para poder lograrlo rápidamente,

lo malo es que el tiempo corre.

Ibi fue el primero en dominarlo,

después de sacar un pez volando azotando contra el suelo

pero luego devuelto al agua ( me preguntó si luego ese pez se fue a mis pies o perdonó a Ibi? ) .

Al final, casi lo logro, y solo terminé con un pie dentro del agua.

No podía, soy demasiado cosquilludo.

Después, nos tocó sentarnos en unos sofás como los del cine,

deliciosos, mientras 3 tailandesas muy platicadoras entre ellas

nos masajeaban los pies. Al principio tenía un poco de cosquillas

pero lo resistía como un campeón. Es bien chistoso porque,

se dan cuenta y empiezan a hablar entre ellas, y quien sabe que se dirán,

pero yo creo que se burlan de manera deliciosa de uno.

Hay que dejarse querer y el amor no es perfecto.

Fue delicioso, increíble que tocarte el pie pueda hacerte sentir TANTO,

porque me derretía como hielo en verano, para todos lados,

y tanto tacto hace que la mente se vaya lejos,

pasando como fantasma por cuarto y cuarto de recuerdos..

de repente pensaba: mente en blanco mente en blanco y terminaba en otro lado,

más joven o imaginándome más viejo haciendo esto de nuevo.

Desgraciadamente, tal vez por el estado de relajación

en el que me encontraba o porque 4 Changs son demasiadas,

al estar ya en mi pie derecho, caí dormido. Sin resistencia alguna.

Lo único que recuerdo después de esto fue de repente oír

que se terminaba todo, abrir el ojo, ver a Ibi rojo de risa,

voltear a ver a mi masajista que estaba más roja que Ibi,

comentando como podía con la de al lado algo que

SEGURAMENTE era acerca de mi.

Ya solo pones cara de idiota, que más puedes hacer?

Estabas tan dormido que no te diste cuenta que tenias un pez muerto en la pierna,

me decía Ibi.. cosa que todavía no le creo, aparte.. si me dormí, fue un gran masaje, no? Me relajó.

Así caminamos al hotel, con Ibi buscando una fiesta inexistente,

quejándose amargamente que no era jalador...

y yo pensando en que pasaría mañana,

deseando con todas mis fuerzas habernos quedado en el otro hotel

y me estaría yendo a dormir con aire acondicionado.

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