En estas noches
donde todo está concentrado en estar..
Huele a mar..
Negro por la ausencia de luz
profundo como lo ha sido toda la vida...
Sentimos la presencia de lo desconocido
en los poros..
en los dedos.
Y en el rostro de la gente que vemos..
Al menos de que cerremos los ojos
y nos quedemos : sin nada que ver....
Pero oliendo a mar aún..
No se puede frenar lo natural...
Aun estando loco por desechar lo normal..
Es tan sencillo como un mate caliente..
Como el do en la mano izquierda..
Como cualquier cuerda en la mano derecha..
O el lunar en tu hombro que me deja sin respirar..
Lo familiar lo traen los sentidos,
La repetición, el calor..
Pero lo que amamos
lo revive la oportuna memoria
de tener algo hacia donde volver..
En esos transportes mágicos
de canción
y sueños..
Ganas de estar...
Encima de ti..
O a tu lado después...
Que tu voz duerme en mi oído
hasta seguir su camino
y darme cuenta que el frio no duele
después de sentir calor..
Se conoce lo que se ignoraba antes..
Por el mero placer de estar en el lugar correcto
en ese momento..
Así coleccionamos gente
con nombre
y signo zodiacal...
Suena el celular..
Una persona más...
Escalando se pierde oxígeno
pero se gana mucho más..
La bajada siempre es más sencilla
hay que saber donde pisar.
Cuento las estrellas
ignoro la constelación
El camino de todas maneras brilla..
Al ritmo de la intensidad atenta
a lo inmaterial..
Nada tiene sentido..
No hay reglas en este juego..
Pero hay que salir a ganar.
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